Y ... ¿en donde está el padre Juanito?
La ocasión que lo ví fue hace más de cinco años... poco sé de él, podría decir que casi nada, pero siempre pensé que estar en la presencia de un santo, traería mucha paz a quienes le rodeaban, pero no fue así.
Más bien sólo recibí una impresión muy fuerte de ver a alguien con la apariencia de una determinación más allá de este mundo, con una vocación de pobreza y servicio extraordinaria... pero no sabría decir si su semblante era recio o era blando.
Tal vez por ser la única de la habitación que no comulgó, en la memoria y a la distancia del tiempo, no alcanzo a recordar si su mirada me pareció dura o indiferente.
Alto, delgado casi hasta los huesos, con el cabello cano tan corto, casi a rape y una sotana verde, limpia, pero desgastada. Su caminar era firme, como con una fortaleza incomprensible para alguien que tal vez en ese entonces tenía más de 80 años.
Esto sucedió en San Luis Potosí, la primera vez que mi madre tuvo que ser operada de cáncer; ella se recuperaba después de una intervención complicada y nosotros estábamos todos en un momento de angustia esperando los resultados de los exámenes que nos indicarían si el cáncer se había eliminado o ya había invadido lo restante. En ese instante, el sacerdote entró a la habitación para dar la comunión a quien lo deseara y estuviera en condiciones.
Cuando se fue, los presentes comenzaron a especular sobre su edad... era amigo de mi abuelo, pero yo no hubiese podido calcular sus años, por su aspecto tan contrastante y su proceder tan silencioso, más bien diría que a la impresión me sobrecogió cierto miedo.
Comentaban que la noche anterior pasó ya tarde a dar la comunión y mi abuela mandó a uno de sus hijos que estaba ahí a darle un “aventón” al padre y llevarlo en su coche, porque sería difícil que a esa hora pasaran camiones. Así que mi tío siguió sus pasos a la salida.
En efecto había salido del hospital y se dirigía por el estacionamiento hacia la parada del camión... sin embargo, al llegar hacia la calle no había pasado el camión y tampoco estaba el padre.
Dicen que así, mientras oficiaba misa en la iglesia, era visto dando la extrema unción en otro lado a quien lo necesitara.
...Antes del medio día recibimos los resultados de las pruebas que señalaban que la operación había sido suficiente para erradicar la enfermedad, y mi madre pasó a formar parte del escaso 5% que se recupera de ese tipo de cáncer.
A poco más de un lustro de estos acontecimientos, me pregunto ¿en dónde estará el padre Juanito?
De seguro debe andar en algún hospital, sin que yo sepa si realmente sigue en este mundo o es que viene del cielo cada día, espantando a los pecadores y endulzando a los arrepentidos, otorgándoles el regalo de la hostia a los enfermos que lo necesiten.
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Esta capacidad de estar en dos lados al mismo tiempo, se llama bilocación y hay testimonios de que se ha presentado en algunos santos, tal es el caso del Padre Pío, que ya en vida, fue considerado santo por muchos.
En la siguiente liga hay datos de su biografía y testimonios de sus milagros, así como de la bilocación. A mi me llamó mucho la atención el servicio de “mensajería instantánea” que este sacerdote tenía, ya que le decía a las personas que cuando necesitaran algo, le pidieran a su ángel de la guarda que le hiciera llegar la petición y ésta sería concedida. Al respecto dijo:
“Manda el Ángel de la guarda que no paga el tren y no consume los zapatos”.
http://www.padrepio.catholicwebservices.com/ESPANOL/ESPANOL_index.htm
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