Náufragos de este amor,
donde noche a noche nos perdemos,
nos hundimos,
para después dejarnos salir a flote.
A veces gozamos,
otras sufrimos,
las más, nos acompañamos
en perfecto equilibrio.
Nos hundimos en ríos,
en cuencas infinitas
y perecemos día a día,
muertos de felicidad.
Quizás con el tiempo,
nuestros cuerpos se cansen.
Quizás lleguemos a tierra firme
y nuestros pasos
nos hagan naufragar
nuevamente en la tierra.
Y buscaremos el lodo
o tal vez la arena.
La tierra firme será
la ilusión más bella
y seguiremos juntos,
ahogándonos en el deseo
del uno con el otro.
Si el agua cambia,
si la tierra se nos acaba,
buscaremos las nubes
o el inmenso firmamento.
El universo será el pretexto
para seguir sintiéndonos
solos en la inmensidad,
abandonados y autosuficientes.
Náufragos por vocación,
en el tremendo delirio
de este nuestro amor.
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