Porque no queda de otra... a veces se eligen caminos, de los cuales no se puede volver atrás, ni se desea hacerlo.
Y en el día a día se parte uno, se comparte y se multiplica en lo que no se es; pero también en lo que se es profundamente. Desde los mundos que aún no existen, las miradas de personas creadas ajenas y a veces opuestas al ser, hasta las lágrimas que uno pensó que jamás iba a mostrar y el rincón más profundo del corazón.
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