Inclusión

Curiosamente, la primer colaboración formal que llegó a este blog, es la de alguien a quien jamás conocí, alguien que de momento ya tiene resuelta la incógnita que aqueja a muchos seres humanos de saber que hay después de la vida.

Así que mientras estoy aquí frente a mi computadora, retomando nuevamente mis sueños y mi vida, escuchando a Kenny G y desentramando mi futuro inmediato y a largo plazo, me entretiene pensar que a mi amigo por andar de curioso, alguien del más allá le susurró con voz de idea la tarea de entregar uno de estos versos, para que viese la luz, para ser escuchado una vez más.

Imagino que mientras él creía que los revisaba al azar, para encontrar el indicado, a su lado se encontraba alguien que cariñosamente sonreía y le soplaba al oído con palabras que no percibimos con el sonido:

“Mmmm, ¡este está mejor!... no, mejor este...”

Le ayudaba a escoger. Hasta que por fin decidieron juntos:


Del pensamiento Liberal

¡Cuervos de maldición
Horrendos frailes
Sombra de mi nación!
Haced callar
La tétrica campana
De la vetusta iglesia
en cuyo vientre
germina el fanatismo
y la patraña.

Que no turbe el descanso
En la mañana
El eco evocador
Del falso bronce,
Que repite la angustia
Del cilicio
Y la historia infernal
Del Santo Oficio.

¡Vuestra hora pasó,
Cuervos malditos!
El lema de mi patria
Es el trabajo;
Ya nadie se amedrenta
A vuestros gritos.

El obrero responde
A la sirena
Que en fábrica
O taller brazos reclama,
No el fúnebre rumor
De la campana
Que sirve de obertura
A la farsa que hacéis
Con la sotana.

Miguel Silva
Mex. D.F. julio de 1958


Este es un tema que algunas personas evitan tocar y aunque mi experiencia sobre el asunto es diferente; no puedo negar que dichas situaciones han surgido en distintos puntos de la historia, esto finalmente nos aflige a los católicos, pero las respuestas están en la inclusión y la exclusión.

Está muy claro: “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”; en tanto la iglesia se aleje (se excluya a sí misma) de la política, el dinero y la ambición de poder, la vida espiritual se asegura en los principios que Jesús predicó.

Y la inclusión amorosa de todo ser humano en el seno de la iglesia en la conciencia de que nada nos divide y todo nos hermana como hijos de un mismo Dios... pueden ser la clave.

Para bien o para mal, he visto brillar a seres excepcionales con verdadera vocación para servir a través de la vida religiosa... desafortunadamente son los menos, pero aún así, alcanzan a alumbrar con su luz el camino de cuanto ser tocan con su presencia.

Mi amigo piensa que este verso “es un tanto actual, sin pensar que fue escrito por ahí de 1958, en esa década dificil.” Y creo que también tiene razón.

En fin... a Esdras Freyre y Don Miguel Silva, con un poema tan bien logrado, les agradezco hayan permitido incluir sus opiniones en este espacio, junto con la mía, sobre este tema con el que podríamos llenar páginas y páginas enteras, cada quién con su verdad en mano, teniendo los tres la razón y la duda de un mejor futuro en brazos del ideal de cada cual.