Poética
Para ser poeta
hay que adivinar en el espacio indiferente,
en los jeroglíficos del aire,
en la pregunta arrodillada ante el enigma
o en la flébil respiración del ave fénix,
las vísperas de un portento.
Hay que tener miradas
que, hablándole al oído,
secreteándose con la pluma,
descubren toda una joyería de imágenes
en las fauces del lagarto que bosteza,
en la niña que, al desnudarse, cambia corpiños por palomas
o en la avara luciérnaga que lleva
pedacitos de sol a su escondite.
Para ser poeta
se requiere capturar el instante exacto
en que el suicida busca, con su puñal, a media carne
un pequeño resquicio al más allá
para encontrar tan sólo
la hemorragia de su tiempo
en otra de las barriadas del aquende.
Para ser poeta
hay que asistir puntual mente al momento
en que, sin el menor quejido,
la flor comienza a marchitarse,
a desdecir belleza,
a encontrar en el suelo
la forma polvorienta del descanso.
Para ser poeta
hay que fijar la mirada,
pisándole los talones al infinito,
en la alta tensión del firmamento
que electrocuta pretenciosas oscuridades
nacidas del forcejeo de la tarde con la noche;
promover un movimiento de rebeldía
para que se adueñen del micrófono
las preguntas que, queriendo salir, chocan con la frente .
Hay que tener una colección de secretos,
risas , muecas ,
llaves abandonadas
y reloj es descompuestos, mudos de tiempo ,
que, sin desgranar como antes
rosarios de segundos,
midan la eternidad...
Para ser poeta
hay que llevar a la espalda
el cadáver agusanado del amor de nuestra vida,
despellejar de las cosas
el hallazgo poético destina do
a tatuar la memoria,
hincar espuelas en las palabras
y correr hacia el horizonte
al trote o al galope de la métrica
izando el estandarte de su musa.
Hacer poemas para no suicidarse.
Y traer entre dientes la tonada
del último suspiro.
Tomado de la página de Enrique González Rojo
http://www.enriquegonzalezrojo.com/
la liga directa al archivo en PDF
http://www.enriquegonzalezrojo.com/pdf/POETAENLAVENTANA.pdf